lunes, 9 de septiembre de 2013

Entrevista a José Infante


FSM.- José Infante tiene una importantísima trayectoria de publicaciones y reconocimientos. Pero centrándonos en la poesía, y desde aquel primer libro de 1971 titulado Uranio 2000 Poemas del caos, hasta ahora, ¿qué se siente con el paso del tiempo tras una intensa vida de trabajo literario?

JI.- Una cierta sensación de inutilidad, pero por otra parte la certeza de haber sido siempre fiel a mi mismo, sin dejarme llevar de las asechanzas de la vida literaria.

FSM.- ¿Cómo empezó en ti la vocación por escribir poesía?

JI.- Fue una necesidad espiritual que se fue imponiendo sin apenas darme cuenta a partir de los 16 o 17 años. Hice primeros unos esbozos en prosa pero enseguida se impuso la poesía casi de una manera misteriosa e involuntaria.

FSM.- Tu primer reconocimiento importante como poeta llega con el premio Adonais por el poemario Elegía y no. ¿Qué era este poemario y qué significó para ti?

JI.- Empezaré por el final, significó mucho ya que este premio, tan importante en aquellos años entre los poetas jóvenes, te daba una tremenda responsabilidad en aquello que habías ido escribiendo casi sin saber por qué ni para qué. Desde entonces comencé a sentir que tenía esa enorme responsabilidad en lo que escribía y publicaba de cara a los lectores y sobre todo de cara a mí mismo.

En realidad Elegía y No es el germen de toda mi poesía, puede decirse que los libros posteriores solo han sido una reescritura de Elegía y No. Todos los temas, el paso del tiempo, el amor, sus gozos y sus sombras, la fugacidad de los sentimientos, la presencia definitiva de la muerte, todo estaba en Elegía y No. Solamente he ido reescribiéndolo de forma distinta conforme la experiencia de la vida iba imponiéndose y me lo dictaba.

FSM.- ¿Para qué sirve la poesía?

JI.- Cuando tengo que responder a esta pregunta siempre estoy tentado de contestar que para nada, pero enseguida recuerdo aquello de Borges “escribo para conocerme, para atenuar el paso del tiempo y para que me quieran mis amigos”. Lo asumo plenamente.

FSM.-  José Infante, ¿cuáles son tus poetas de cabecera, o esos poetas de referencia que de alguna manera han influido en tu poesía?

JI.- No sé si me han influenciado o no, pero mis poetas son Virgilio, Ovidio, Garcislasso, San Juan de la Cruz, Quevedo, Bécquer, Juan Ramón, los Machado, ambos dos, Borges, Aleixandre, Cernuda, Cavafis, Rilke, Pablo García Baena, Alfonso Canales…

FSM.-  Ahora has vuelto a Málaga, la ciudad donde naciste, pero casi toda tu trayectoria de escritor la has desarrollado en Madrid donde has cultivado el ensayo, el teatro, la novela… ¿en qué género te sientes más tú, más cómodo, o cuál te da más satisfacciones?

JI.- Desde luego la poesía ha sido el eje de mi vida en todos los sentidos. Ella lo ha impregnado todo y todo ha sucedido por ella.

Y mentiría si dijera que el periodismo, que en principio ha sido una dedicación alimenticia no es también una fuerte vocación que he seguido con todas las limitaciones que este oficio tiene y que han ido aumentando con los años.

El ensayo y la ficción históricos me gustan porque es la plasmación de una de mis más fuertes aficiones, la historia que me fascina desde siempre.

La reflexión filosófica y crítica es el resultado de una forma de ver el mundo e intentar explicármelo que en realidad tiene que ver con la poesía, que es sobre todo una forma de ver el mundo.

En realidad todo tiene que ver con la poesía, incluso cuando he escrito, tantísimos años, para televisión todo este sentido ha estado presente y lo he intentado trasmitir al complicado y complejo lenguaje de la televisión.

FSM.- Si tuvieras que hablarnos de tus libros de poemas y elegir alguno de tus libros para que los lectores de Paraninfo Poético los conozcan, cuál o cuáles nos recomendarías leer?

JI.- Sin duda Elegía y No de la primera parte de mi obra y de la segunda La Casa Vacía, Daños Colaterales y Días sin música.

FSM.- Como hemos dicho antes estás de nuevo en Málaga y has recuperado una tertulia cultural que había iniciado Gloria Fuertes en los años 70. La tertulia del Pimpi. Cuéntanos de este importante proyecto.

JI.- Yo conocía a Gloria Fuertes de mi primera estancia en Madrid entre los años 1967-70, el verano de 1971 la encontré en Málaga en los Cursos de Filología donde ella iba a leer sus versos. Nos encontramos en los Baños del Carmen y enseguida empezamos a reunirnos por la tarde en las Bodegas El Pimpi recién inauguradas por los cordobeses Paco Campos y Pepe Cobos. Un día decidimos crear esas tertulias que ella bautizó como Los Viernes de Gloria. Se hicieron durante los veranos de 1971 y 1972. Luego cuando yo me fui de Málaga se continuaron de distintas formas, se trasladaron a la Bodega Vieja, se continuaron a veces en El Pimpi… Así nació la tradición cultural y de tertulias de El Pimpi. Durante todos estos años se han realizado y ser siguen realizando multitud de ellas.

Cuando en la primavera de 1971 volví a vivir en Málaga, en Torremolinos ahora, uno de los primeros actos a los que asistí fue a la celebración de los 40 años de El Pimpi. A partir de ese momento  tanto Pepe Cobos como Paco Campos me sugirieron la posibilidad de recuperar el espíritu de las viejas tertulias de Gloria. Dudé un poco, pensando que ya nada era igual que entonces y que aquellas fueron absolutamente espontáneas y ahora tenían que ser diferentes.

Después de un tiempo pensándolo y viendo la forma de darle una nueva personalidad las inauguramos como Los Lunes de El Pimpi a partir del 7 de octubre de 2012. Hemos hecho casi cuarenta tertulias desde entonces. He querido conservar el espíritu abierto y participativo que les dio Gloria. Ahora no solamente literarias, hemos dado cabida a  otros ámbitos de la cultura y han tenido una magnífica acogida.

Este curso volvemos, tras un paréntesis veraniego, a inaugurar la segunda temporada el próximo día 16 de septiembre con la celebración de los 40 maños de la Universidad de Málaga. Seguirán este mismo mes un Homenaje a Pablo García Baena, que recibirá la Venencia de Plata Premio Cero a toda una vida y acabamos el mes de septiembre con un libro de Gerardo Diego de Julio Neira y que publica la Fundación del poeta santanderino.

FSM.- ¿Crees que en este momento histórico en el que estamos viviendo se le da a la poesía la importancia que ha tenido en otras épocas?

JI.- Hoy tal vez menos que nunca se tiene consideración social a la poesía y a los poetas, solamente se valora a los poetas cuando les dan premios. Vivimos en una sociedad materializada hasta extremos desagradables.

Otra cosa es que la poesía me siga pareciendo un alimento necesario para el espíritu de las personas, lo que sucede es que no se les hace llegar y se escudan en ser minoritaria para que la mayoría no tenga posibilidad de conocerla.

FSM.- A muchos de nuestros entrevistados los ponemos en un aprieto al preguntarle que nos definan lo que para ellos es poesía. ¿Querrías darnos una definición de lo que es para ti poesía?

JI.- Vida, creo que solo eso. Vivir más. Autobiografía.  Una forma de ver el mundo, de conocerlo, de conocernos. La respuesta a lo que no tiene respuesta.

FSM.- Para acabar, pues no quiero abusar de tu tiempo, podrías, por favor, dejarnos aquí un poema y decirnos por qué lo has elegido.

JI.- Hay algunos poemas que podría citar y poner aquí y que me parece que me determinan y me explican de alguna manera, pero ya que dices uno, os dejo este

 

 

ESE ANIMAL EXTRAÑO QUE ME SIGUE


Bajo mi piel lo siento como sangre.
Por mis venas circula libremente.
Segrega por mis poros y vive de mi aliento.
Está en cada arteria o vaso de mi cuerpo
y a mis huesos se adhiere como si fuera parte,
papiloma de luz y de misterio.
Por mis ojos contempla la vida que no es,
lo que nunca ha pasado. A veces lo sorprendo
usando mis palabras, construyendo oraciones a mi costa,
perdido, solo, en la tiniebla de mis ojos.
Nunca lo tengo ausente de mis lágrimas
y en la noche tiene mi voluntad, mi voz, a su servicio.
Siempre me roba el sueño y se pone delante de mis gestos.
Me usa para buscar la incertidumbre.
Provoca la soledad para que vuelva a él, su amante.
No es amorosa nuestra relación. Él me ignora
y yo lo desconozco. El mismo cuerpo usamos
y si un día se marchara, nadie podría alimentar,
escribir, estas palabras.





(De libro  El don de lo invisible)

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